Esta tradición, típica de muchas comunidades y arraigada a la historia del departamento, surgió hace más de 5.000 años en la Sumeria y Egipto antiguos y en la festividad romana que le rendía honores al Dios Saturno.
Más allá de su manifestación simultánea por distintas partes del mundo, en Guaymallén, la memoria nos remonta a esos sábados por la tarde donde las familias aguardaban ansiosas un sinfín de carrozas y comparsas. Ese «Corso de carnaval» colmaba la calle Libertad a lo grande con máscaras coloridas y disfraces. El despliegue incluía la «challa» de agua con harina y ramas de albahaca.
A mediados de los años 60, esa costumbre se fue perdiendo en el tiempo, hasta que en el 2018 la Municipalidad de Guaymallén decidió recuperarla para consolidarla y promover el espíritu participativo de los artistas y de los vecinos; justamente buscando rescatar y revalorizar los viejos carnavales que, en alguna época, caracterizaron al distrito Villa Nueva.
El lunes, colectividades, fraternidades y agrupaciones de baile recorrieron la calle Mitre, desde el carril Godoy Cruz hasta el Parque del Acceso Este. Allí, hubo juegos, food trucks, patio de comidas, artesanos, intervenciones circenses y música en vivo.
Este año, la Subsecretaría de Cultura de la provincia de Mendoza se sumó con su apoyo, integrando el evento a la agenda ¡Qué veranito!